La primera vez que escuche del poder de la meditación para el logro de una meta fue viendo por tv a Ronaldinho enseñando a un grupo de niños como anotar un penal. Les decía que la técnica era importante y había que ensayar muchísimo pero lo fundamental era el estado mental. La mayoría de jugadores cuando tienen que anotar un penal en un partido  decisivo piensan en lo que va suceder después, los optimistas se imaginan siendo los héroes de la jornada y los pesimistas ven el balón en la  mano del arquero o en la tribuna. El secreto les decía Dinho es no pensar en el futuro, en lo que sucederá si hacemos el gol o fallamos. Solo hay que concentrarse en el presente, tienen que pensar y poner toda su atención en el momento de la ejecución:  cuando colocan la pelota, deciden la dirección, los pasos que van a dar, no dejen que ninguna imagen del futuro atraviese su mente, traten de aferrarse a esos segundos y vívanlos con total intensidad.

Esto que aplican los deportistas de elite es algo que podemos utilizar en nuestro día a día laboral. La mayor parte del tiempo la pasamos anclados en el pasado o imaginando un futuro ideal y nos olvidamos de las ocho horas que estamos en la oficina y las dos en el tráfico,  es decir no vivimos el presente. Para combatir esto podemos hacer micromeditaciones,  que serían el remedio ideal para los que no tenemos tiempo para hacer  ejercicios de yoga o de respiración https://www.youtube.com/watch?v=I6fd7TxIIzk&t=127s A continuación algunas  de las recomendaciones que nos propone María Gonzalez autora del bestseller  MIndful leadership

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La idea es que periódicamente durante el día seas consciente de tu respiración. En las mañanas antes de saltar de la cama a la ducha, recuéstate un rato y respira observa si tu respiración es superficial o profunda. Y luego en el tráfico deja por un momento las noticias y siéntate de forma recta y trata de llegar la respiración hasta tu barriga si no puedes trata de llevarla hasta el fondo del pecho. Si la mente divaga, regresa suavemente a la respiración, sin juzgarte por la momentánea pérdida de concentración. Lo mismo puedes hacer antes de una presentación con un cliente o  al final de la jornada laboral antes de enfrentarte al tráfico concéntrate un minuto en tu respiración.

Una segunda técnica que utilizo es la que llamo mindfulness en acción . En lugar de añadir una nueva rutina a tu día, experimenta lo que ya haces de forma distinta, prestándole plena atención durante unos segundos a la vez. Por ejemplo si estás en una reunión en lugar de ponerte a divagar intenta no hacer nada más que escuchar durante unos segundos. Esto parece sencillo pero no lo es, nuestra mente esta acostumbrada a irse todo el tiempo. Puede que tengas que redirigir tu atención docena de veces en una única reunión, ten paciencia estás entrenando tu mente para estar aquí y ahora.

El beneficio de estas técnicas  es que pueden reformatear tu cerebro aumentando tu capacidad de concentración , ayudándote  a ver las cosas con mayor claridad, mejorando tu juicio y aprendiendo a ser más ecuánime lo que te permitirá reducir el stress fisiológico y emocional, incrementando la probabilidad de que encuentres soluciones creativas a los problemas.

La vida son momentos, si haces que el momento sea importante todo importará. Empieza ahora a vivir el presente conscientemente.